Historia


Historicidad

Desde la antigüedad hasta los tiempos modernos, Italia se ha destacado siempre por sus valores culturales. Ha contribuido al desarrollo cultural de la humanidad en la escultura, arquitectura, pintura, literatura y en la música, particularmente la ópera. Aunque los italianos aún siguen considerándose descendientes directos de los antiguos romanos, hay algunas influencias, de manera regional de otras naciones como árabes, griegos y de otras regiones; estas diferencias se observan particularmente en la persistencia de dialectos locales, celebraciones, canciones y tradiciones regionales.

Elementos 

Hablamos en este punto de la Cultura, Lenguaje y Normas 

En Italia la cultura rezuma por todas partes. Cada rincón, cada piedra cada vértice de las obras de arte que nos han legado los maestros italianos es sinónimo de cultura. No en vano Italia posee el mayor número de bienes artísticos y documentales declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


En cuanto al lenguaje, el italiano es la lengua común y oficial de la República italiana. Deriva directamente del latín, a través de una simplificación de la gramática del latín vulgar. También hay que tener en cuenta que las formas de hablar varían con las regiones, y se nos debe hacer extraño si de repente no entendemos nada de lo que nos dicen por la calle ya que a nivel coloquial los dialectos italianos son de uso frecuente. Se pueden encontrar múltiples dialectos del italiano, como así también alemán, Frances, Catalán, Croata y Griego entre otros.


El origen de los dialectos italianos se explica con la fragmentación del imperio romano y la pérdida de la cohesión político-cultural que durante siglos había permitido que en toda la península itálica fuese el latín la lengua común. Es entonces cuando cada dialecto toma caminos diferentes.


La religión predominante es la católica romana, practicada por un 84% de la población, pero el aumento de la inmigración y la llegada de otras comunidades religiosas, principalmente la islámica, con ciudadanos del norte de África y Oriente Medio, ha ido diversificando el mosaico religioso de Italia, donde antes los creyentes eran casi exclusivamente católicos. 


Identidad Territorial y Cultural



La República Italiana es un país perteneciente a la Unión Europea, cuyo territorio se encuentra, principalmente, en la península itálica, más algunas islas próximas. Limita al sur con los mares del Mediterráneo Tirreno, Jónico, al sur y el este, y al norte con el Adriático, Eslovenia y Austria y al noroeste con Francia, Suiza y el mar de Liguria, en el Mediterráneo. Dentro de la península itálica se encuentran, además, los países independientes de San Marino y Ciudad del Vaticano. La península está separada del resto de Europa por los Alpes. Su forma de gobierno es la república parlamentaria, con capital en Roma y se divide en veinte regiones formadas estas, a su vez, por 110 provincias. 


Italia ocupa un lugar central en el Mediterráneo, y como tal lo dominó durante siglos. Cuenta con una extensa historia que se remonta entre los años 2.000 y 1.000 a.C. durante los cuales atravesó movimientos de conquistas, invasiones, y muchas guerras internas, externas. Es la cuna del Imperio romano, que se extendió por todo el contorno del Mediterráneo, y está en el origen directo de la civilización europea occidental que predomina en el mundo. Durante la Edad Media y la Edad Moderna estuvo dividida en múltiples repúblicas, muchas de ellas muy poderosas: Génova, Venecia, Florencia, y sobre todo los Estados Pontificios, desde los que gobernaba la Iglesia católica: el Papa. 


El patrimonio artístico-cultural de Italia en el territorio actual cuenta con 95.000 iglesias, 40.000 fortalezas y castillos, 30.000 mansiones históricas con 4.000 jardines, 36.000 archivos y bibliotecas, 20.000 centros históricos, 5.600 museos y yacimientos arqueológicos y 1.500 conventos. Es, también, la cuna del Renacimiento y el Barroco, los estilos artísticos de referencia en el mundo occidental. El Renacimiento italiano es bien conocido por sus logros culturales. Esto incluye creaciones literarias con escritores como Petrarca, Castiglione y Maquiavelo; obras de arte de Miguel Angel y Leonardo da Vinci, y grandes obras de arquitectura, como la Iglesia de Santa María del Fiore en Florencia y la Basílica de San Pedro en Roma.


Política Contemporánea de Italia


La historia de la política contemporánea de Italia tiene como fecha marcada el año 1861, cuando se finaliza el proceso de unificación de todos los estados. Víctor Manuel II de la dinastía Saboya fue su primer rey de la recién estrenada monarquía parlamentaria, y en 1946 el último soberano, Humberto II daba paso a una nueva etapa política que cerraba la dictadura e intentaba cauterizar las heridas de la recién acabada segunda guerra mundial. Durante estos años se llevó a cabo el primer sufragio universal masculino en 1913 y el primero de las mujeres en 1946.


Desde 1946 Italia paso a convertirse en una República parlamentaria con democracia representativa. Atrás quedaba la monarquía y la dictadura fascista de Mussolini hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Los italianos depositaban de este modo la confianza en una solución política democrática, hastiados del juego que la monarquía había hecho al fascismo.

Constitución de la República Italiana



La Constitución de la República Italiana nace con su aprobación el 22 de diciembre de 1947, puesta en marcha el día 1 de enero de 1948. Se trata de la primera constitución pura italiana ya que antes tan sólo regía un documento llamado Estatuto albertino, una carta institucional del rey que fijaba una monarquía constitucional como modelo de gobierno.


La república italiana se caracteriza por las dos figuras que tutelan el país. Por un lado el Presidente, Jefe de Estado y encargado de representar la unidad nacional, en principio por encima de las tendencias políticas. Elegido por el Parlamento cada siete años, actualmente es Giorgio Napolitano quién ostenta el cargo. Algunas de sus labores son servir de enlace con las cámaras, marcando cuando se celebran sus elecciones, promulgar las leyes y dictar decretos, nombrar a determinados funcionarios del estado, gestionar los vínculos diplomáticos, tomar el mando de las Fuerzas Armadas, conceder indultos y conmutar penas, otorgar las distinciones honoríficas de la República o disolver las cámaras.


La otra figura sobresaliente es el primer ministro italiano, que viene a ser el mandatario más importante puesto que es nombrado por el parlamento que recoje los votos de los ciudadanos. El cargo que en la actualidad ocupa con más o menos estabilidad Silvio Berlusconi antes lo representaros nombres ilustres de la política italiana como Giulio Andreotti, Aldo Moro, Bettino Craxi, Carlo Azeglio Ciampi, o Romano Prodi.


Como otros gobiernos bicamerales de Europa, Italia cuenta con la Cámara de los Diputados, (630 representantes) y el Senado, (315). Un tercer órgano representativo del poder judicial es el Tribunal Constitucional de Italia que imparte justicia.

Procesos Culturales


La historia italiana desde sus inicios en el 2000 y 1000 a.C hasta nuestros días pasó por diversos procesos culturales, como la difusión cuando las primeras colonias griegas se instalaron en el sureste de la península, enseñándole a los locales el uso de la moneda, la escritura y como se organizaban las ciudades-estados. Para el 753 a.c se crea la ciudad de Roma, que dominaría Italia y el resto de Europa en un proceso de aculturación y etnocentrismo. Cuando en el 476 cae Rómulo Augusto, último emperador de roma, empieza la etapa donde Italia es atacada y conquistada por muchos pueblos entre ellos los pueblos “barbaros”, los lombardos, teniendo Italia un rey nuevamente en el 800 d.c., es en esta época donde se crean los estados pontificios a cargo del Papa Esteban II. Roma medio siglo después vuelve a ser atacada, esta vez por los musulmanes y luego de eso, muchos otros países se disputaron por la península, lo que nos lleva a más aculturación. 

Sin duda la historia de Italia está repleta de aculturación por todos los países que la conquistaron y eso no cambia mucho hasta la actualidad donde nos encontramos con el abismo generacional y la inculturación tan características del siglo XXI.

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